martes, 6 de noviembre de 2012

Violencia silenciosa



El fenómeno de la violencia trasciende la conducta individual y se convierte en un proceso interpersonal, porque afecta al menos a dos protagonistas: quien la ejerce y quien la padece. Un análisis más complejo, nos permite distinguir también un tercer afectado: quien la contempla sin poder o querer evitarla.

Comprender el nacimiento y desarrollo de los fenómenos de violencia interpersonal, como respuestas a experiencias de socialización que, en lugar de proveer afectos positivos y modelos personales basados en la empatía personal, ofrecen claves para la rivalidad, la envidia y el odio. Las conductas violentas se aprenden temprana y fácilmente, porque en nuestra actual sociedad, suelen llevar al éxito sin mayores esfuerzos y de una manera más sencilla que los comportamientos alternativos. los niños aprenden lo que es valorado dentro del ambiente familiar, sea esto bueno o malo para el resto de la sociedad los niños y niñas sufren violencia y aprenden a ser violentos en sus casas, pero a través de agresiones que frecuentemente no dejan huellas visibles.
Para Paulo Freire (1970) dice que lo que genera violencia es la opresión, la adaptación a lo impuesto por la sociedad dominante. Aquella sociedad cerrada, autoritaria, rígida, una sociedad depredatoria; en donde para ella no existe el pueblo sino la masa. A esta le corresponde la cultura del silencio en la que el hombre está siempre presionado. En donde se perpetua la jerarquización y la división entre poseedores y desposeídos.

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